Los principales retos en seguridad alimentaria para 2014

La EFSA prevé, para los próximos años, una creciente demanda de las evaluaciones de riesgos y asesoramiento sobre pesticidas o nuevos alimentos.

Los desafíos que plantea el creciente comercio internacional de alimentos obligan a contar con herramientas eficaces que permitan responder, de manera rápida y eficaz, a cualquier crisis relacionada con la seguridad de los alimentos. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) prevé, para los próximos dos años, una creciente demanda de las evaluaciones de riesgos y de asesoramiento científico en áreas como los pesticidas, los transgénicos o los nuevos alimentos. Para dar respuesta a todos estos y otros temas, este organismo ha presentado el primer Plan Plurianual (MAP) que abarca el periodo 2014-2016. El artículo detalla algunos de los puntos destacados para unos alimentos más seguros y cuál es el papel del asesoramiento sobre riesgos en la cadena alimentaria.

La cadena de alimentos es cada vez más compleja y, por tanto, se plantean más desafíos a los que hacer frente. Una de las principales apuestas de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para ganar y mantener la confianza de los consumidores es disponer de un asesoramiento científico riguroso, veraz, que cuente además con la cooperación de las distintas partes implicadas, como Estados miembros de la UE y agencias de seguridad alimentaria. Según la EFSA, la recogida de datos “es el centro de las redes europeas de información de seguridad alimentaria”. Por eso, dentro de la reciente estrenada estrategia para los próximos años, una de las prioridades es crear un almacén de datos de fácil acceso para todas las partes interesadas cuando sea necesario. Para este organismo, es primordial trabajar en colaboración con redes científicas, autoridades nacionales e instituciones asociadas para “asegurar que los alimentos europeos son los más seguros del mundo”.

 

Puntos destacados para unos alimentos más seguros:

  • La tarea en el ámbito de la seguridad alimentaria para los próximos años será más dinámica que pasiva, sobre todo en lo que se refiere al asesoramiento científico.
  • Bienestar y salud animal (tuberculosis bovina, peste porcina africana).
  • Evaluación de riesgos de plagas en vegetales, entre los que se incluye Xylella fastidiosa, cuya presencia se confirmó por primera vez en la UE a finales de 2013.
  • Evaluación de riesgos sobre micotoxinas, metales y contaminantes de procesamiento, como acrilamida.
  • Análisis de distintas toxinas de Fusarium en alimentos y piensos.
  • Estudio sobre contaminantes biológicos, que se centrará en el riesgo para la salud pública que representan patógenos en alimentos: Salmonella, Yersinia, Shigella y norovirus.
  • Trabajos sobre las encefalopatías espongiformes transmisibles (EET), que incluirán la infectividad de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) en los intestinos de bovino.
  • Continuación de las evaluaciones de las metodologías de tipificación molecular de los principales riesgos microbiológicos transmitidos por alimentos.
  • Seguimiento de Listeria en alimentos listos para el consumo. Para ello, investigará la secuenciación del genoma del patógeno.
  • Evaluación de la exposición alimentaria a los compuestos peligrosos.
  • Reevaluación de los aditivos alimentos autorizados y de nuevas aplicaciones.
  • Finalizar un proyecto sobre datos toxicológicos de 100 ejemplos de mezclas químicas.
  • Identificación de riesgos emergentes y fortalecimiento del proyecto REACH para caracterizar los posibles riesgos químicos en la cadena alimentaria.
  • Garantizar el uso seguro de organismos modificados genéticamente (OMG) en alimentos y piensos.
  • Continuar el trabajo sobre la salud de las abejas y realizar nuevas evaluaciones sobre los riesgos de ciertas sustancias como neonicotinoides.
  • Análisis sobre antimicrobianos y resistencia, en colaboración con el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) y la Agencia Europea de Medicamentos.
  • Asesoramiento sobre riesgos en la cadena alimentaria

 

La EFSA prevé un aumento de la demanda de las evaluaciones de riesgos y de asesoramiento científico en áreas como los nuevos alimentos, pesticidas, plagas vegetales y enzimas. En otros apartados como las declaraciones de propiedades saludables, el organismo calcula que la demanda puede disminuir. Estos constantes cambios responden a los retos que plantea de forma constante un comercio cada vez más globalizado de los productos alimentarios e ingredientes. Y es importante que la respuesta sea rápida, tanto en lo que se refiere a asesoramiento científico como asistencia técnica, en particular, según el informe de la EFSA, de cuatro áreas clave: optimizar las funciones de los expertos en la evaluación de riesgos; aumentar la confianza por mejorar la transparencia en el trabajo científico; y mejorar la capacidad de evaluación de riegos de la UE a través de una mayor cooperación y coordinación entre países y agencias.

Fernando Valle
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